domingo, 21 de mayo de 2017

Análisis retórico- Monumento a la Raza

Tunja posee grandes tesoros a nivel arquitectónico, colonial y artístico, pero uno de los más representativos y reconocibles es el monumento a la raza en la glorieta de la avenida norte, su  referencia inmediata lo convierte en un ícono, representando mediante dos símbolos hieráticos la majestuosidad de la raza indígena en nuestra historia y proceso de mestizaje.

A simple vista, de manera perceptiva dos figuras con razgos anatómicos y ubicadas en el centro de la glorieta de Tunja hacen a este monumento un mensaje denotado por aspectos como iconicidad, complejidad y objetos formales. Pero si, interpretamos un por qué y para qué de este conjunto escultórico connotaríamos un sin número de interpretaciones.

Visto desde los niveles de interpretante, identificamos que el primero es el que sabe que es un monumento a los antepasados, en un segundo nivel se afirmaría que efectivamente estas estatuas son la de dos personajes de la cultura Muisca y probablemente sea conocido el nombre, Aquiminzaque y Adeizagá y en un nivel de lectura más amplio y contextualizado se interpreta que este monumento está allí para hacer homenaje a Aquiminzaque último zaque de la provincia del Huza quien estaba contrayendo nupcias con Adeizagá y mal interpretado por la corona española de manera provocativa, responden asesinando en el año de 1540 a Aquiminzaque y acabando con gran parte de esta cultura, también se contemplaría en este nivel que la escultura la realizó Miguel Sopó Duque en el año de 1964, un experto en el arte y profesor en la Universidad de Syracussa en Estados Unidos.

Es preciso afirmar que dentro de este conjunto de objetos se encuentra el símbolo que es Aquiminzaque y por supuesto reconocer a este como lider de la provicia de Hunza luego de su antecesor Quemuenchatocha. Aquimín, remonta los valores de libertad y las acciones de opresión en la época, desencadenando el movimiento e ideología independentista clave para la creación de estado y sociedad actual.

 Y es que esta escultura tiene un valor iconográfico demasiado grande, al ver una fotografía de estas, podemos identificarla como objeto y respectivamente a su presentamen, la ciudad de Tunja,  la relación directa se da por la ubicación central dentro de la misma, un lugar demasiado concurrido por transeútes y peatones quienes asocian al monumento con la identidad tunjana.
Siguiendo parámetros del análisis de la imagen de Roland Barthes, es preciso afirmar que la parte denotativa es la percepción que manejamos sobre esta, podemos hablar detalladamente de cada una de sus características, pero este argumento formal nos explicará sencillamente lo que está. El mensaje codificado que plantea Barthes mediande signos de connotación nos ayudará a dar le diferentes interpretaciones como lo es que fue un trabajo tallado, también que no posee el cuidado que debería,viéndolo desde el mismo sitio, con diferentes lentes los cuales llamaremos la triada de Pierce, en esta interpretación se maneja un Rema por la probablidad de su mal cuidado, con el Decisigno afirmamos y describimos el hecho y el argumento que planteamos está la parte propositiva de brindarle alternativas de cuidado y restauración del patrimonio municipal.

Así como manejamos los signos para dar diferentes interpretaciones de qué es y por qué este objeto, el monumento a la raza una iconografía propie y reconocible de la ciudad, además de ser popular y estético, el monumento representa la cultura, la tradición y el meztizaje, esto previamente expuesto con los niveles de lectura, pero, ¿por qué? Porque refleja un íncide mediante un símbolo, de libertad, de cultura y de historia, el cual comprende la cualidad de ciudad por antecedentes históricos y sucesos claves para  la identificación de Tunja con el monumento a la raza, referente e ícono de nuestra identidad.